por apoyar este proyecto investigativo, que pretende aportar al país, y a su aún incipiente sociedad, en la construcción de conocimiento sobre si mismo, que pueda ser útil para desvelar las fallas en su institucionalidad que ha impedido su Desarrollo.A mi familia, Olga, compañera infatigable de este sorprendente viaje al que llamamos Vida, y mis hijos Javier y Daniel Felipe, por servirme de inspiración y de pretexto para avanzar, con optimismo, y sin detenerme, aún, o, más bien, en especial, en los necesarios momentos en los que sólo, o en su compañía hemos enfrentado los retos que nos imponen las dificultades, tan comunes en nuestro medio, pero de las que tanto aprendemos, y nos sirven para probarnos y sacar lo mejor de nosotros mismos.A Elssa, Nidia y Claudia por revelarme, con su ejemplo, la importancia de la educación en la trasformación de las personas y de las sociedades.