“…Dentro de la literatura relacionada con el COVID-19, mucho se ha escrito acerca de los posibles factores que influyen en la propagación del virus (Auler et al, 2020;Bolaño-Ortiz et al, 2020;Borjas, 2020;Valero y Valero, 2021); además se han realizado pronósticos de la evolución de la tasa de fatalidad del COVID-19 ya sea a nivel regional, nacional o mundial (Atkeson, 2020). Similarmente, se han elaborado estudios que pronostican las consecuencias económicas de esta pandemia (CONEVAL, 2020;Laborde et al, 2020;Pujol, 2020;Stock, 2020), así como de la manera en que se podrían mitigar los efectos de la pandemia sobre la economía a través de políticas públicas (Vázquez, Muller y Zavaleta, 2021;Gómez-Ramírez y Villarraga-Orjuela, 2021;Desilus, 2021;Andrade et al 2021). Sin embargo, existen pocos estudios que abordan la distorsión de la medición de los datos relacionados con esta enfermedad, es decir aquellos cambios en la información de fechas muy distantes al día del reporte, y parecería que no hay acerca de la posible decisión estratégica por parte de las autoridades locales para diferir el flujo de información acerca de este virus.…”