“…Hasta la fecha, las prácticas editoriales en contextos de encierro en Argentina han sido estudiadas desde perspectivas pedagógicas y críticas que abordan la escritura y la publicación en la cárcel con las herramientas provistas por la teoría literaria y las prácticas de enseñanza de la literatura (Parchuc, 2018a(Parchuc, , 2020(Parchuc, , 2021Camarda, 2020;Sbdar, 2019;Frugoni, 2021;Charaf, 2022), y señalan su potencia para "producir disenso o abrir grietas en los discursos del orden" (Parchuc, 2018b) y en la "lógica institucional dominante de premios y castigos, vigilancia y enmudecimiento" (Frugoni, 2018, p. 117). También, recuperamos de los trabajos formulados desde las ciencias de la educación la caracterización de las prácticas de escritura como instancias idóneas para habilitar procesos de subjetivación individual y colectiva (Frejtman y Herrera, 2009;Chauvin, 2016;Bustelo, 2020Bustelo, , 2021a, y su rol en la producción de narrativas capaces de configurar territorios pedagógicos "en /contra /a pesar" del encierro (Bustelo, 2017). Estos territorios pedagógicos y los programas educativos que enmarcan la práctica editorial resultan de enorme importancia para estudiar y caracterizar los procesos editoriales, y para entender el sentido y las implicancias de las operaciones que realizan.…”