“…Sin embargo, las condiciones de operación (típicamente, de flujos de partículas superiores a 10 19 cm -2 s -1 ) suponen todo un reto para la aplicación de este material, tanto por consideraciones termomecánicas [30] como atomísticas, siendo estas últimas de mayor relevancia al ser responsables de una miríada de efectos perjudiciales, como agrietamiento, hinchamiento, exfoliación, y, bajo ciertas condiciones, el crecimiento de nanoestructuras superficiales de baja densidad conocidas globalmente como "fuzz" [31][32][33][34][35][36]. Estos efectos atomísticos tienen su origen en la nucleación de especies ligeras, productos de la reacción de fusión (tales como hidrógeno, deuterio, tritio y helio) en defectos puntuales, capaces de erosionar la superficie del PFM, o de implantarse en su seno, donde tienden a nuclear en otros defectos [29,31,[37][38][39][40]. El ejemplo más paradigmático de este tipo de procesos tiene lugar ante irradiación con He, dada la baja solubilidad de esta especie en W y su elevada energía de enlace a vacantes y defectos similares [41], a lo que se suma la formación de agregados de átomos de He, un fenómeno termodinámicamente favorable y posible en W gracias a su elevada movilidad [42].…”