“…De este modo, se presenta un nuevo desafío para que las instituciones educativas puedan dar respuesta a la creciente y afectada heterogeneidad que los docentes encuentran en las aulas y en la sociedad, fomentando así la creación de un nuevo rol por parte del profesorado que tendrá que hacer frente a las nuevas exigencias sociales (Domínguez Alonso, López Castedo, y Vázquez Varela, 2016;Durán Gisbert y Climent, 2017). Se debe asumir la educación inclusiva como uno de los principios que deben estar presentes en las aulas, generando el deber de promover y proporcionar que todos los alumnos partan de una educación que cumplan los principios de equidad, integración y normalización (Ismiatun y Atika, 2020;Montero Caro, 2021;Simón Rueda, Echeita, y Sandoval Mena, 2018). La importancia de la educación inclusiva, desde la etapa de educación infantil, toma prioridad en declaraciones internacionales y desde diferentes organizaciones con el afán de proveer al alumnado de una educación que le otorgue oportunidades dentro de su contexto personal y social (Mundial y UNICEF, 2016;Unesco, 2020).…”