“…Múltiples estudios señalan que en el proceso de conformación del grupo de amigos, la agresión física entre varones aparece como medio de establecimiento de jerarquías sociales (p.e., CAMPO DÍAZ et al, 2012;CARD et al, 2008;AR-CHER, 2004), mientras que las niñas, responden de manera prosocial ante los conflictos (HOPMEYER & ASHER, 1997;CHUNG & ASHER, 1996) debido a un mayor desarrollo de la empatía (HARTMANN et al, 2015). Sin embargo, se ha encontrado que las niñas usan formas de agresión encubierta, usando mecanismos de exclusión social (BENENSON, 2013) y aunque suelen lograr relaciones más profundas y vinculantes (RUBIN et al, 1998), también son más frágiles y menos duraderas (BENENSON & CHRISTAKOS, 2003), presentando más dificultades que los varones para resolver los conflictos, que experimentan de forma intensa en términos emocionales que las lleva a tardar más en reconciliarse (BENENSON et al, 2014).…”