“…Al respecto, aunque se aprecia un consenso en los estudios sobre el uso del video como uno de los recursos más idóneos para esta fase, dado que el estudiante puede reproducirlo a su propio ritmo (Young et al, 2014), algunos autores hacen referencia a otro tipo de recursos como los artículos científicos (Väisänen & Hirsto, 2020) y el material didáctico (Ingason & Guðmundsson, 2018). También algunos estudios resaltan el papel de las tecnologías como inherente a la concepción del modelo (Bandeira et al, 2020;Flores et al, 2016;Matthew et al, 2019) En la segunda fase, los autores destacan que se promueve la participación e involucramiento de los estudiantes mediante actividades interactivas; por ejemplo, la enseñanza entre pares, el desarrollo de proyectos, la resolución de problemas, la demostración, la práctica de ejercicios o los debates (Aqqal et al, 2017;Flores et al, 2016;Ha et al, 2019;Hew et al, 2020;Konijn et al, 2017;Matthew et al, 2019;Røe et al, 2018;Tomas et al, 2019;Väisänen & Hirsto, 2020). Asimismo, algunos estudios se refirieron al trabajo colaborativo y, sobre la base de diversos autores, justificaron cómo se puede fomentar durante la clase invertida (Antonova et al, 2017;Flores et al, 2016;O'Connor et al, 2016;Røe et al, 2018;Simmons et al, 2020;Väisänen & Hirsto, 2020) Por otra parte, en los marcos conceptuales de los artículos, los autores refieren una variedad de beneficios.…”