“…Tanto en los estudios sobre movimientos sociales como de participación juvenil, se ha identificado que el proceso de vinculación a los grupos en la primera juventud se caracteriza por su dimensión más social y gregaria de la vida y que posteriormente incentivará la implicación política (Verba y Nie, 1972). En este sentido, gran parte de las investigaciones sobre asociacionismo juvenil han centrado su objeto de estudio en los grupos de iguales de jóvenes, ya sea como generaciones culturales o tribus urbanas (Feixa, 1998;Linares, 2007), como grupos de afinidad de gustos musicales (Martínez, 2013), como grupos de afinidad política contracultural o de movimiento social contestatario (McAdam, 1994;Scandoglio, 2004) o, específicamente, como grupos vinculados al territorio local como espacio de transformación social (González, 2011;Ballesté y Sánchez, 2020). Este legado de investigación sobre grupos juveniles urbanos muestra un efecto de ciclo vital donde los grupos de edad más jóvenes se mueven principalmente por una inquietud de protesta política y social, mientras que en los grupos de jóvenes más mayores aumenta su interés por la política institucional (Quintelier, 2007;Nikolayenko, 2008).…”