La leishmaniasis es una enfermedad transmitida por vectores que tienen una ecología y epidemiología complejas. Se manifiesta clínicamente de cuatro maneras principales de las cuales la leishmaniasis visceral (LV) es la más severa, ya que es fatal si no es tratada (Desjeux, 1996). Esta "Enfermedad de la Pobreza" es un serio problema de salud pública a nivel mundial y, recientemente, a nivel nacional. Actualmente, no existe una vacuna para su prevención, y el tratamiento con drogas es un procedimiento caro que acarrea efectos secundarios indeseables. La leishmaniasis es causada por un protista parásito, <i>Leishmania</i> spp., y transmitida a los humanos por insectos flebótomos. En Latinoamérica, LV es causada por <i>Leishmania infantum</i> (syn. chagasi) y transmitida por <i>Lutzomyia longipalpis</i> (WHO, 2010). Este flebótomo solamente se encuentra en el Nuevo Mundo, con una amplia distribución desde México hasta Argentina. Entre 1925 y 1989, en Argentina se reportaron 14 casos humanos de leishmaniasis pero ninguno fue atribuído a <i>Le. infantum</i> y, adicionalmente, sólo hubo 2 registros aislados de <i>Lu. longipalpis</i> sin reporte de LV (en 1951 y 2000). Sin embargo, debido al avance indiscriminado de la urbanización, que acarrea pobreza y condiciones insalubres, recientemente se describió el primer foco de LV en Argentina (Salomón et al., 2008). La mejor manera de interrumpir cualquier enfermedad transmitida por vectores consiste en reducir el contacto humano-vector. Las estrategias dirigidas a los vectores son especialmente atractivas debido a que la capacidad vectorial para transmitir enfermedades infecciosas a los humanos es proporcional a la densidad del vector y es exponencial a la supervivencia del vector. El control biológico es una manera efectiva de reducir o mitigar plagas a través del uso de agentes naturales, y es más amigable para el ambiente que los tratamientos tradicionales con insecticidas químicos. Sin embargo, hay muy poca información sobre el control biológico de flebótomos y potenciales agentes de control. En el laboratorio donde se desarrolló esta tesis, recientemente se utilizó la pirosecuenciación para analizar los taxones asociados a <i>Lu. longipalpis</i> de zonas endémica (ZE) y no endémica (ZNE) de LV en Argentina y Brasil, respectivamente (McCarthy et al., 2011), y para comparar los transcriptomas de estos especímenes (McCarthy et al., 2013). Estos análisis permitieron ensamblar un inventario abarcativo de los taxones asociados a <i>Lu. longipalpis</i> adultos de ZE y ZNE de LV, y proveyó el fundamento para analizar la significancia de posibles candidatos para el control biológico de este vector (McCarthy et al., 2011; McCarthy et al., 2013). En este contexto, el objetivo general de la presente tesis consistió en establecer la significancia de los taxones previamente encontrados en <i>Lu. longipalpis</i> adultos (entre ellos, protistas, hongos y bacterias) (McCarthy et al., 2011), con particular énfasis en los posibles agentes de control biológico y en los agentes etiológicos de importancia médica y veterinaria. Con este fin, se diseñaron y evaluaron cebadores diagnósticos para confirmar la presencia y asociación de los taxones identificados.