En la actualidad se está produciendo un interés creciente por los deportes de aventura, particularmente el trekking y la escalada a grandes altitudes, que cuenta con cientos de miles de aficionados en todo el mundo. Por ello, el diagnóstico de posibles complicaciones cardiopulmonares inherentes a esta práctica deportiva, y secundarias fundamentalmente a la aparición de hipertensión pulmonar (HAP) como consecuencia de la vasoconstricción hipóxica del lecho pulmonar (que tiene en el edema pulmonar de las alturas [EPA] una de sus complicaciones más graves), despierta hoy día una gran atención, tanto desde el punto de vista de la salud pública como desde un punto de vista económico. Sin embargo, presenta grandes dificultades por requerir una atención médica inmediata y debido a la falta de medios hospitalarios en un entorno hostil [1][2][3][4][5] .