En una anterior publicación en REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA 1 comentábamos la importancia del diagnóstico precoz de las complicaciones inherentes a la hipoxia en la escalada a gran altitud, de consecuencias potencialmente fatales en unas pocas horas, en las que la falta de aclimatación a la altitud es un factor desencadenante clave. Los hallazgos ecocardiográficos de la función cardiaca en pacientes con mal agudo de montaña describen un incremento significativo de la presión sistólica pulmonar, a diferencia de lo observado en sujetos bien aclimatados 2 . Debido a la falta de recursos hospitalarios en un entorno hostil 3-5 , el control de la aclimatación y un diagnóstico precoz de la hipertensión arterial pulmonar serían sumamente útiles.El análisis de los cambios fonocardiográficos en la intensidad de los ruidos cardiacos primero y segundo (S1 y S2) se cuantifican mediante la relación entre sus respectivas intensidades acústicas mediante la razón S2/S1, y se observa que el aumento de dicha relación se produce siempre paralelamente a una disminución del valor de SaO 2 .Con el fin de confirmar aquellas observaciones, durante el verano de 2007, en una segunda tentativa de escalada al Broad Peak, montaña paquistaní de 8.047 m, se monitorizaron vía satélite los cambios clínicos y fonocardiográficos de dos alpinistas durante su ascensión.