Los que desean (Elena López Riera, 2018) y Rapa das bestas (Jaione Camborda, 2017) se presentan como dos singulares ejercicios en el panorama cinematográfico español contemporáneo. En lugar de exhibir su militancia feminista denunciando frontalmente la desigualdad femenina, lo hacen de manera lateral, interrogando una práctica social aparentemente alejada del conflicto de género (una competición de palomas y una antigua tradición de rapa de caballos). En el presente trabajo se analiza el elaborado trabajo formal de los dos cortometrajes que, recurriendo a las estrategias de desestabilización de la mirada utilizadas en el denominado documental sensorial, convocan una experiencia del espectador que trasciende lo netamente intelectual para implicarlo también emocional y visceralmente. Es gracias al extrañamiento operado tanto en el nivel expresivo como en el del contenido que los dos ejemplos permiten activar una lectura política del androcentrismo que domina los espacios sociales sin tener que explicarlo. Aunque poco habitual, el entrecruzamiento propuesto entre lo fenomenológico y lo semiótico dibuja nuevos y esperanzadores caminos de posicionamiento feminista desde el audiovisual.