“…La confección de herramientas para la medición de constructos subjetivos como el EFS o la CVRS constituye un proceso complejo, el cual debe desarrollarse de manera cuidadosa para garantizar sus propiedades de validez (relacionado con la interpretación y el significado de la puntuación de un instrumento o, en otras palabras, las conclusiones que se pueden realizar con el puntaje obtenido por una persona), confiabilidad (mediciones realizadas de manera que sean reproducibles: repetidas por diferentes observadores o en distintas ocasiones) y utilidad (si resulta práctico su uso en entornos clínicos o no), es decir, que cumpla su función tanto en la valoración del concepto que se pretende medir, como para el entorno y las condiciones actuales de la población de estudio 30 . De este modo, si bien estos instrumentos se encuentran traducidos y validados para diferentes países 22,31 resulta oportuno para el clínico verificar si existen versiones aptas para su aplicación en la población del país perteneciente, dadas las variaciones del constructo propias de características lingüísticas, culturales o clínicas.…”