La hemofilia A es una enfermedad hereditaria ligada al cromosoma X, causada por mutaciones en el gen F8 del factor VIII de la coagulación. Se considera una enfermedad huérfana, ya que su prevalencia es baja, de 26,6 por cada 100.000 nacidos vivos de sexo masculino. Los pacientes con hemofilia A tienen fases de inicio y amplificación de la coagulación relativamente normales y son capaces de formar el tapón plaquetario inicial en el lugar de la hemorragia, pero debido a la deficiencia del factor VIII, son incapaces de generar una cantidad de trombina en la superficie de las plaquetas, que sea suficiente para estabilizar el coágulo de fibrina. En un paciente masculino con hemorragias inusuales debe descartarse un trastorno de coagulación tipo hemofilia A, y se debe solicitar un recuento de plaquetas y un tiempo de protrombina (TP), los cuales usualmente son normales, y un tiempo de tromboplastina parcial activado (TPT) que se presenta prolongado. Para el diagnóstico diferencial con otras coagulopatías se realiza la medición de factores de coagulación, y pruebas de corrección cuando existe la sospecha de un inhibidor o de una hemofilia adquirida. Los pacientes afectados pueden presentar formas leves, moderadas o severas de la enfermedad, según el nivel plasmático del factor. En Colombia y en el mundo, la hemofilia fue reconocida como una enfermedad huérfana que representa un problema de salud pública, debido a su proceso de atención altamente especializado, que incrementa los costos asociados con la asistencia sanitaria, y afecta la calidad de vida de los pacientes y de aquellos que los rodean, además de que representa un reto diagnóstico que requiere constante actualización, para que pueda ser tratada de manera efectiva.