Introducción: La esclerosis múltiple (EM) es la enfermedad degenerativa más común en adultos jóvenes y su tratamiento rehabilitador se centra en mejorar los síntomas y restablecer la funcionalidad. Uno de los métodos estudiados recientemente es el trabajo de la fuerza muscular, simultáneo con ejercicios de equilibrio, mejora de la marcha y habilidad corporal. Por ello, el objetivo de esta revisión es analizar la aplicación de los programas de entrenamiento de la fuerza en sujetos con EM.
Métodos: En febrero de 2020 se consultaron las bases de datos Cinahl y Medline, utilizando los descriptores MeSH “multiple sclerosis” y “resistance training”. La búsqueda arrojó 89 resultados, de los que se analizaron 17 estudios que se adaptaban al objetivo de revisión.
Resultados: Se han analizado los efectos de programas de entrenamiento aislado de la fuerza mediante protocolos de alta intensidad aeróbicos continuos o interválicos, con incrementos de la carga de trabajo o resistencia progresiva, entrenamientos de suspensión (TRX), resistencias con el peso corporal, hatha yoga, y su combinación con ejercicio cardiovascular, actividad física autoguiada, electroestimulación neuromuscular o entrenamientos funcionales de funcionalidad y marcha. Se analizaron las variables de Fuerza y función neuromuscular (espasticidad, propiocepción), funcionalidad (movilidad, capacidad motora, equilibrio, fatiga y fatigabilidad), parámetros metabólicos (tolerancia a la glucosa, factor neurotrófico del cerebro (BDNF), esfingosina-1-fosfato (S1P), composición corporal, Cortisol y DHEA, mediadores inflamatorios, marcadores inmunomoduladores, capacidad aeróbica) y parámetros como la calidad de vida, satisfacción, adherencia y participación.
Conclusiones: Los protocolos de entrenamiento de la fuerza de uso aislado o combinado con otros métodos mejora la fuerza muscular y, funcionalidad de la marcha de los sujetos con EM, así como de parámetros metabólicos. Sin embargo, no queda demostrada su implicación en la regulación de factores neuroprotectores.