“…Renacer que en Andalucía coincidía con la puesta en marcha del "modelo andaluz de arqueología", del que -como ya se ha dicho-se esperaba un importante apoyo para esta disciplina o, por lo menos, que sirviese para desterrar determinados problemas, como era entregar a inexpertas escuelas-taller la restauración de castillos, despreciando su condición de valiosos contenedores de información histórica (ACIÉN ALMANSA, 1992). A mitad de los noventa, el incremento continuo de las excavaciones de urgencia, constreñidas por fuerzas bastante más perentorias que las motivaciones científicas, alarmó a algunos profesionales, ya fuesen de las administraciones, las universidades o quienes ejercían su profe-sión en la calle (PERAL BEJARANO, 1994;RIERA FRAU, 1994;ACIÉN ALMANSA, 1994;SALVATIERRA CUENCA, 1994;DOMÍNGUEZ et alii, 1994;VERA REINA, 1997;ORTEGA y DOMÍNGUEZ, 1998;VALOR y VERA, 2000;CARA et alii, 2000y DOMÍNGUEZ BERENJENO, 2003, entre otros), pero tales voces de alerta, encauzadas a través de los circuitos de difusión científica, no parece que hayan tenido mayor eco en los responsables de la administración cultural, ni mucho menos en el resto de la sociedad.…”