Este estudio analiza la capacidad de 14 niños (35% varones) entre 2 y 3 años (M = 2.9; SD = 0.17) para comprender los deseos. La literatura ha dado por sentado que niños de esas edades comprenden deseos simples, amparándose en una postura estructuralista del desarrollo, en la que básicamente hay una descripción de hitos que están relacionados con la edad. En contraposición a esta tradición, este estudio busca dar cuenta del cambio y la variabilidad, apoyándose en la teoría de los Sistemas Dinámicos No Lineales. Por ello, usando el método microgenético, se evaluó durante varias sesiones la capacidad de los niños para usar los deseos de otros para predecir emociones y comportamientos. Se adaptaron las tareas clásicas de Wellman y Wooley (1990), y se les presentaron a los niños en 5 sesiones, en las que había 3 variaciones de las tareas. Los datos se analizaron con la técnica de mínimos y máximos, y se encontraron un conjunto de trayectorias con muchas fluctuaciones, que distan de mostrar desempeños altos y estables como lo afirman estudios previos. Se concluye que en la investigación sobre el desarrollo, las visiones acumulativas y homogéneas dificultan la observación del cambio y de la amplitud del mismo, por ello se requiere hacer hincapié en la variabilidad.