“…También se extrae la idea de que la inclusión, a nivel teórico, es asumida de forma universal, pero en la mayoría de casos, carece de mecanismos que permitan su irrupción de manera efectiva en las escuelas (ARNAIZ y GUIRAO, 2015), de ahí la necesidad de "hacer las escuelas más inclusivas" (AINSCOW, BOOTH y DYSON, 2006;AINSCOW, 2012) ante los nuevos desafíos de la educación en el siglo XXI. Se trata de superar las diferentes "barreras (políticas: normas contradictorias; culturales: conceptuales y procedimentales; didácticas: enseñanza-aprendizaje) que impiden la participación, la convivencia y el aprendizaje en la escuela" (LÓPEZ-MELERO, 2012, p.143) de aquellos niños y niñas a los que no se respetan sus diferencias.…”