“…Lamentablemente, en la actualidad la dieta occidental presenta un muy bajo aporte de DHA, situación que ha estimulado el desarrollo de alimentos y/o nutraceúticos que lo contienen en diferentes concentraciones y presentaciones, para lo cual se han realizado números esfuerzos destinados a obtener ingredientes factibles se ser utilizados como fuentes de DHA y a lograr incorporar este ácido graso en diversos alimentos (77). En relación a los ingredientes, hoy en día se dispone de aceites marinos (desodorizados, estabilizados y concentrados) ricos en DHA (sobre el 30% del total de ácidos grasos), DHA obtenido a partir de microalgas (como etilésteres o triacilglicéridos) y como fosfolípidos (aceite de krill) (78,79). En los últimos años se han desarrollado tecnologías de micro y nano-encapsulación de aceites ricos en DHA, lo cual ha permitido incorporar este ácido graso a diversas matrices alimentarias, particularmente leche y productos lác-teos, jugos, panes, galletas, entre otros, (77).…”