Desde que llegaron las plataformas digitales que permitieron a los creativos exhibir en público sus portfolios, algunas de ellas han terminado siendo espacios de comunicación que trascienden completamente el modelo original. Se ha pasado de la mera exposición a un enfoque más mercantilizado, pero también más interactivo, que permite a cualquier creativo vender su marca y establecer vínculos diversos, como en cualquier otra red social. El artículo pretende identificar elementos clave y causas de esa transformación, explicar la posición que ocupan en relación a otros ámbitos, y extraer las implicaciones o cuestiones pendientes sobre las cuales reflexionar tras su rápida evolución.