La explotación didáctica del fenómeno de intercomprensión ha ido sumando notoriedad desde que se publicaron los primeros métodos a finales de los años 1990. En estos trabajos se formularon las metodologías dirigidas a sistematizar la enseñanza en paralelo de lenguas emparentadas, con un interés especial por organizarlas según las familias correspondientes: romance, germánica y eslava. La Comunidad Europea encontró en aquella aproximación innovadora a la enseñanza de idiomas un contexto afín a sus principios funcionales y, en consecuencia, una ocasión para vincularla a la promoción de la enseñanza plurilingüe y del respeto de la diversidad lingüística y cultural de Europa. Aun así, los primeros proyectos atendieron sobre todo a las lenguas dominantes (en el ámbito romance: francés, castellano, portugués e italiano). Hoy, sin embargo, son ya numerosas las iniciativas que combinan la presencia de estas lenguas con otras de carácter minoritario y minorizado, contribuyendo a normalizar la presencia de estas en escenarios educativos internacionales y, en consecuencia, invitando a más usuarios de los métodos de intercomprensión a conocerlas, respetarlas y aprenderlas. Pero, pese a este desarrollo progresivo, todavía no es posible encontrar la lengua asturiana entre los idiomas disponibles en los métodos europeos de referencia, lo que supone un agravio comparativo y un desaprovechamiento de las ventajas pedagógico-discursivas y ético-políticas que ofrece esta aproximación didáctica a otros idiomas de dominios lingüísticos vecinos. Entendiendo significativa esta falta, en un momento en el que se necesita reforzar la normalización social del asturiano de acuerdo con los parámetros del paradigma emergente, el estudio que se presenta pretende dar centralidad a esta cuestión de dos maneras complementarias: en primer lugar, contextualizándola, a través de una revisión bibliográfica cuidada, que recorre los aspectos fundamentales para la comprensión de este campo de trabajo y de sus aportaciones; y, en segundo lugar, realizando una propuesta de intervención para alentar a la comunidad científica y a los organismos pertinentes a subsanar esta carencia, a partir de unas orientaciones prácticas.