Los adolescentes, población inmersa en actividades nocturnas, varían su cronotipo de matutino a vespertino, debido a los cambios del reloj biológico ocurridos por el constante uso de dispositivos tecnológicos en dicho horario, siendo este un factor predisponente del normal desarrollo de sus procesos cognitivos en las actividades diarias, generando afecciones en su desempeño. Por lo tanto, se busca identificar esta relación, describirla y clasificarla. Metodología: se contó con 201 adolescentes entre los 13 y 18 años, utilizando el Test de Inteligencia Breve de Reynolds RIST, la Escala de Somnolencia de Epworth para Niños y Adolescentes (ESS-CHAD) y un cuestionario de tiempo y uso de dispositivos tecnológicos en la noche, bajo una metodología cuantitativa, con un diseño transeccional, no experimental de corte descriptivo. Resultados: los principales hallazgos muestran que un 68,2 % de la población presenta niveles de somnolencia por estar expuesta a dispositivos tecnológicos que utilizan entre 3 y 6 horas después de las 7.00 p.m.; un 89 % requiere de ayuda para levantarse los días de clase y un 53,2 % trabaja con mayor efectividad en la tarde, seguido de 23,4 % en la noche y 10.9% en la madrugada; es decir, solo un 12.4% de esta población tiene mayor efectividad en la mañana. Conclusión: se concluye que aspectos fisiológicos del organismo están regulados por el sistema circadiano y, al cambiar el horario, se exteriorizan privaciones en la atención, concentración, memoria, razonamiento y habilidades psicomotoras en el día.