“…Son compuestos que se aplican en el ambiente y se definen como cualquier sustancia o mezcla de ellas, utilizadas de manera intensiva con la finalidad de prevenir, destruir, controlar o repeler cualquier plaga. Se define como plaga, a cualquier organismo que interfiera con la conveniencia y bienestar del ser humano, o cualquier otra especie de su interés (Ferrer, 2003; Badii y Landeros, 2007; FAO, 2012;Del Puerto et al, 2014; IRAC, 2015).Los plaguicidas son aplicados en el ambiente de manera prolongada e irracional, para asegurar el incremento de la producción en función al potencial de la especie cultivada (Orta, 2002;Ferrer, 2003;Del Puerto et al, 2014). La venta de insecticidas ha disminuido desde la última década del siglo pasado, por la aceptación paulatina del Manejo Integrado de Plagas (IPM por sus siglas en inglés) como estrategia de control; el aumento en el uso de bioplaguicidas en la agricultura convencional, y la introducción de cultivos genética- Dentro de las desventajas sociales y ambientales del uso de plaguicidas destacan: 1) El daño a la salud, sobre todo de las personas que están directamente expuestas al contacto prolongado (Varona et al, 2009;Gómez-Pérez et al, …”