Un aspecto central en el estudio de las disparidades regionales en México es la potencial nivelación entre las desigualdades económicas y las espaciales. Tal preocupación original se encuentra asociada con la acentuación de los antagonismos regionales y la generación de focos de tensión política y social. Al respecto, existe un especial interés por entender la heterogeneidad espacial, es decir, cómo ciertos procesos difieren entre regiones y en qué medida las unidades espaciales —estados, municipios, ciudades, regiones, etcétera— pudieran influirse mutuamente en la adopción de ciertas prácticas sociales y económicas, condicionando con ello su respuesta dinámica dentro del sistema regional. El análisis de estos temas se ha diluido en la literatura bajo el actual sesgo metodológico y teórico. A pesar de que varios estudios en México reflejan la preocupación por el cambio espacial, hay grandes rezagos debido a la falta de la consideración de métodos espacialmente explícitos de análisis de datos.