“…(Gómez del Castillo, 2005;Vela et al, 2017; Ortiz-Huerta, Pérez-de-Heredia-Torres, Guijo-Blanco, y Santamaría-Vázquez, 2018;Sánchez et al, 2018;Parra-Moreno et al, 2018) En el nivel cognitivo, dentro de los beneficios del uso de juegos de video activos y del tipo habituales −arcade, rol, rompecabezas y plataformas− se encuentran en el mejoramiento de áreas de control, memoria de trabajo y atención (general, selectiva, alternante), las habilidades visoespaciales (es decir de manipulación de objetos de forma mental), de percepción y navegación, entre otras funciones ejecutivas. Las cuales tienen un papel importante en la mejora de las destrezas para la resolución de problemas y desarrollo intelectual (Pindado, 2005;Tejeiro, Pelegrina del Río, y Gómez, 2009;Beltrán-Carrillo, Valencia-Peris, y Molina-Alventosa, 2011;Moncada y Chacón, 2012;Gray, 2014;Toril, 2015;Stanmore et al, 2017;Mercola, 2017;de Oliveira, Mena, y de Lima, 2018). En un sentido similar algunas investigaciones han mencionado que, con el uso de juegos de video en poblaciones de personas adultas y de la tercera edad sanas, ha sido posible detectar muestras de plasticidad cerebral en estas, además de poder observar que su uso posibilita mejorar…”