“…La crónica abre marcando el revés del ciclo natural, con el día convertido en noche: "La noche llegó para la entidad el 29 de septiembre, con 36 horas de lluvia continua a cuestas" y un extraño amanecer: "Amanece sin sol el sábado" 67 . En cada fecha de la crónica, el paso del tiempo se marca con el avance caprichoso de los aguas, inundaciones y mares: "Las horas transcurrían al mismo tiempo que los niveles de agua aumentaban […] Durante todo el domingo, primero de octubre, continuaron las lluvias" 68 . Sigue la crónica, apuntando el aumento de las tensiones y las aguas, casi día por día, como amenaza constante: "La preocupación se apoderaba de la población, a la par que las calles inundadas se multiplicaban […] las calles del centro de la ciudad lentamente cedían, se entregaban al agua que, prácticamente, las devoraba" 69 .…”