“…La clínica puede tener una evolución aguda o subaguda (1-3) entre 1 y 3 semanas, resolviéndose espontáneamente de 1-4 meses posteriores (3), es una patología asociada frecuentemente a fiebre (1,5) leve y prolongada (2) de origen desconocido (4,5), además, se destaca la presencia de adenopatías cervicales regionales sensibles y dolorosas (1,3,4), localizadas principalmente en el triángulo cervical posterior (3,5) entre el 60 y 90% de los casos (1), de apariencia voluminosa, que suelen afectar a un solo lado en su mayoría, pero también se han observado casos con linfadenectomía generalizada (3) entre un 1-22% de casos (1), síntomas sistémicos se producen en menor frecuencia (2), también pueden verse afectados los ganglios supraclaviculares, axilares (1), inguinales (5,8) y retroperitoneales (5). Este cuadro puede estar acompañado de síntomas como vómitos, náuseas, pérdida de peso, diaforesis nocturna, artralgias, debilidad y cefaleas, y excepcionalmente se han registrado casos de hepatoesplenomegalia (1), compromiso en piel con nódulos, erupciones, lesiones eritematosas inmaduras, pápulas eritematosas, lesiones maculopapulares eritematosas y eritema multiforme (1); compromiso ocular y de la médula ósea (3).…”