“…Por otro lado, para el caso de la cultura, la que resultó más predominante fue la de mercado, es decir, aquella basada en las tareas y los resultados, y la cual tiene un fuerte enfoque en la competencia, la flexibilidad, la movilidad y la productividad (Boichuk y Fast, 2017). En este sentido, diversos estudios demuestran que este tipo de cultura se correlaciona positivamente con la gestión de conocimiento (Chidambaranathan y Rani, 2015), la capacidad de aprendizaje organizacional (Dajani y Mohamad, 2016) y la calidad de las titulaciones universitarias (Pedraja-Rejas et al, 2018b). De igual manera, la cultura adhocrática, es decir, aquella que incentiva y pone como eje central la innovación y la creatividad de los seguidores, resultó con el menor porcentaje de percepción de los académicos, tanto a niveles generales como para cada una de sus dimensiones (exceptuando énfasis estratégico).…”