Por medio de esta investigación, se ha comprobado que el examen libro abierto presencial ayudó al estudiante aplicar mejor los conocimientos adquiridos en su lapso estudiantil. En el entorno educativo a diferencia de los exámenes a libro cerrado, que normalmente evaluaron la capacidad del estudiante para haber comprendido la información, así como sus habilidades de memoria, los tipos de preguntas que han sido detallados en los exámenes a libro abierto evaluaron la capacidad del estudiante aplicando los conocimientos a situaciones específicas y resolvieron problemas, han evaluado habilidades cognitivas y la capacidad de razonamiento crítico, la capacidad de afrontar retos, la capacidad de haber obtenido la certeza, pero también de haber buscado información de calidad y seleccionado las fuentes más adecuadas. Además, si la pregunta requirió que los estudiantes hayan justificado la respuesta, les resultó más difícil haber encontrado la respuesta en el libro, lo que sometió a evaluación su forma crítica de su pensamiento en casos reales. Se tomó como referencia para ésta investigación a los profesores de unidades educativas públicas y privadas del Ecuador, de acuerdo a la población se usó el método aleatorio simple para la elaboración de encuestas y comprobar la factibilidad de éste teorema. Las conceptualizaciones de la evaluación a lo largo de la historia han estado vinculadas a posiciones ideológicas y culturales, modelos curriculares y pedagógicos. El más aceptado es aquel cuyo significado apunta hacia el de apreciar, analizar o fijar el valor de una cosa; o sea, asociarla a un permanente valor numérico. Actualmente existe una fuerte preferencia a concebirla desde una perspectiva desarrolladora que mejore los criterios rígidos que aún persisten y se produzca una ruptura de los viejos esquemas que se manejan, y adoptar una nueva cultura evaluativa que implica construir una interacción comunicativa entre el profesor y el estudiante. Esta idea es la base del propósito científico de reconstruir una concepción de la evaluación del aprendizaje desde la perspectiva teórica más general del desarrollo humano, y de las metas que una sociedad determinada se planteó en la formación de las nuevas generaciones de profesionales. Lo anterior condujo a delinear y argumentar las características y condiciones de una evaluación formativa del aprendizaje.