“…Desde otra perspectiva, Bustamante y Sánchez (2017), caracterizan a la economía mexicana, quienes sostienen que si bien, la IED ha dinamizado la industria manufacturera, no se han creado encadenamientos productivos; por un lado, están las grandes empresas dinámicas integradas al exterior y, por otro lado, están la mayoría de pequeñas y medianas empresas desarticuladas, poco dinámicas y que dependen del mercado interno. Además, la estructura de las exportaciones e importaciones se caracteriza en mayor parte por exportar productos manufactureros y por su alta dependencia de insumos importados y de capital, lo que arrastra débilmente al conjunto de la economía (Fujii y Cervantes, 2010;Cisneros y Guerrero, 2014;Cermeño y Rivera, 2016). Sin embargo, Ríos, Contreras y Bustos (2017), señalan que, si bien las exportaciones manufactureras nacionales contienen un porcentaje importante de insumos importados, el valor agregado total se explica por la productividad de fabricación global, es decir, que la productividad local no puede generar un valor agregado significativo en México.…”