Este artículo analiza la política anti-China de Trump durante 2020, año marcado por la crisis multidimensional provocada por la covid-19 y por las elecciones presidenciales donde se impuso Biden. Concretamente, se busca entender en qué medida el mandatario republicano hizo de China el contrario de un discurso antagonista emocionante, considerando la teoría sobre populismo de Laclau y Mouffe y los datos empíricos recogidos para cumplir con tal propósito. Así, el texto plantea que Trump antagonizó estratégicamente con grupos de diferente índole de acuerdo a la coyuntura política, y China fue un oponente clave en el 2020, ya que hay una rivalidad cada vez más clara entre ambas naciones y viejos prejuicios racistas en EE UU. De este modo, Trump quiso activar y mantener el respaldo de los sectores conservadores de la sociedad, principalmente de los adultos blancos que viven en las ciudades relativamente pequeñas, su voto duro. Adicionalmente, el conflicto comercial y verbal del año 2020 fortaleció en cierto grado al mandatario chino, Xi Jinping, al avivar el patriotismo en los sectores politizados de su país, en una suerte de efecto rally 'round the flag.
Palabras Clave: populismo, antagonismo, frontera política, discurso, Donald Trump y China.