En nuestra sociedad, la muerte no es un tema que se aborde desde el punto de vista educativo, formal o no formal. Incluso se puede afirmar que es uno de los asuntos más tabuizados en nuestra sociedad. Paradójicamente, es una realidad absolutamente irremisible y, por el contrario, se obvia y rechaza psicológica y socialmente. La negatividad y el miedo bloquean un enfoque normalizado y relegamos un abordaje sano y preparatorio hasta que es ineludible por haberse producido el deceso de una persona cercana. Y en ese momento, inevitable, enfrentamos y manejamos la realidad estresante y dolorosa de la muerte y el duelo como buenamente somos capaces. Esto es especialmente significativo en la etapa de la adolescencia, un periodo vital decisivo de continuos cambios físicos, psicológicos y conductuales. En esta línea, el presente trabajo aborda la cuestión del proceso de duelo y la necesidad de una educación para la muerte en esta etapa evolutiva. Concretamente, pretende analizar, desde una metodología cuantitativa de tipo descriptivo, el concepto, sentimientos y actitudes que tienen los adolescentes con respecto a la muerte de un familiar o amigo. Así, se diseñó un cuestionario ad hoc, conformado por 14 ítems que combinan preguntas cerradas y abiertas. Se aplicó a una muestra de n=70 adolescentes, de edades comprendidas entre 12 y 17 años. La mayoría de los sujetos de la muestra han vivido una experiencia relativamente cercana de duelo y muerte y tan solo un 4,29% no han sufrido la muerte de un familiar o amigo próximo. Los resultados revelan que los sentimientos experimentados son abrumadoramente negativos, expresándolo así a familiares y amigos, aunque no siempre de la misma forma a ambos grupos. Por su parte, mayoritariamente llevan a efecto distintas conductas de despedida que inician el duelo y, en general, manifiestan haber podido superar las distintas etapas de éste.