El debate sobre las relaciones potenciales entre las neurociencias y las ciencias sociales comenzó hace aproximadamente unas tres décadas. La articulación de conocimientos neurocientíficos y los procesos neurobiológicos implica contemplar los procesos cognitivos y emocionales durante el desarrollo así como la posibilidad de influenciarlos a través de intervenciones específicas para integrarse a los procesos socioculturales. A partir de esto, el objetivo de este trabajo es examinar las implicaciones emergentes de los vínculos entre las neurociencias y el entorno social, y los requisitos para la construcción de la neuroética como la dotación ética del cerebro humano y los retos de hoy entre los diferentes campos del conocimiento de las ciencias sociales. La revisión, el análisis y la verificación teórica de autores se ustentó en Álvarez (2015), Pautassi (2013), Cortina (2010), Arango (2014), Castelli (2018), Rabadán (2019) entre otros. La investigación se desarrollo a partir del paradigma cualitativo, de tipo documental analítico. Se concluye que las neurociencias ligadas a la neuroética coadyuvaran a las explicaciones y comprensión de los procesos cognitivos, así como a las acciones sociales y culturales del ser humano que piensa, desea, aprende, siente, juzga, sueña y actúa constituyéndose en un pilar determinante de los procesos sociales centrados en las ciencias sociales y el comportamiento de las personas como entes de es amisma sociedad.