En la metrópoli de México, como en otras partes, la movilidad residencial intraurbana es un motor importante de la reconfiguración de la división socioespacial. En las colonias populares la pobreza es predominante; sin embargo, esta característica resulta insuficiente para explicar dichos espacios. El objetivo del artículo es comprender los mecanismos de los anclajes residenciales, así como las recomposiciones socioespaciales que éstos implican. A través del análisis de datos censales y encuestas exploratorias, se pone énfasis en la articulación de los lugares y la variedad de las experiencias de sus habitantes, volviendo obsoletos los enfoques únicos en términos de relegación-consolidación sistemática, o fragmentación.