Los datos arqueobotánicos publicados en los últimos años en el noroeste de la península ibérica nos permiten trazar una evolución del cultivo de la vid con unas pautas cronológicas y unas características internas singulares. Los análisis polínicos, carpológicos y antracológicos han identificado la presencia de Vitis vinifera subsp. sylvestris en el medio natural y su aprovechamiento por las comunidades protohistóricas. En época romana, los conjuntos de algunos yacimientos sugieren el cultivo simultáneo de la vid doméstica –Vitis vinifera subsp. vinifera– y la silvestre. Además, destaca la aparición de los primeros asentamientos especializados en la producción de vino en el sur de la región. Esto indica cambios en la gestión de la vid. El viñedo se vincularía a establecimientos agropecuarios, propiedad de familias con un estatus social alto, situados en áreas rurales o próximos a núcleos urbanos. Estos grandes propietarios probablemente continuarían controlando la comercialización del excedente de vino en la Alta Edad Media.