Se trata de interrogar los libros de escritores sobre escritores, a partir de la pregunta contemporánea por los afectos. ¿Cómo se articula allí lo “indecible” de la emoción con los efectos de la lectura, las figuras de autor, la creación de filiaciones, las reescrituras del pasado? Para ello, una emoción, la furia, y dos libros, Almas en pena chapolas negras de Fernando Vallejo (1995) y Mala lengua. Un retrato de Pablo de Rokha de Álvaro Bisama (2020). Dos biografías de escritores que tienen en común la puesta en escena de esa pasión articulándola constantemente con la presencia de la muerte y del cadáver, o sea con obsesiones melancólicas. Ambos proponen también una revisión iconoclasta del pasado literario, desde una subjetividad que deja de lado la verdad, la ética y la cronología para desbaratar jerarquías y centrarse en el conflicto frontal, en la violencia arbitraria como motores de la historia de las letras chilenas o colombianas. El afecto termina siendo el inesperado eje alrededor del cual se dirimen cuestiones habituales, como el valor, la tradición, las concepciones sobre la creación, los modos de circulación. La furia, tanto como el amor, sería lo irreductiblemente literario de la literatura.