En 2019 se recuperó en la motilla de El Retamar la única alabarda argárica de la Meseta; es el primer arma especializada en la Cultura de las Motillas. El hallazgo se produjo en un contexto no funerario -el Corte A-, asociado a recipientes cerámicos, un horno y semillas (trigo harinero y duro, cebada vestida, escanda melliza y lino. El arma, de 118 g y 15,7 cm, cuenta con dos remaches y es de hoja asimétrica. Puede clasificarse dentro del tipo San Antón (tipo 2 de Lull), con paralelos formales similares en la alabarda de la tumba 999 de El Argar o en otra de la colección Gómez-Moreno. La pieza no contiene estaño; es de cobre arsenicado (3,4% As), con porcentajes significativos de plomo y plata (2-3% Pb; 0,47% Ag). El análisis de sus isótopos de plomo revela la probable procedencia del área minera de Linares (Jaén). La datación de la madera del enmangue (Beta-591414, 3590±30, 2010-1895 cal BC) fecha la alabarda en el primer siglo del segundo milenio cal BC. Este hallazgo confirma que las poblaciones argáricas y del Bronce de La Mancha establecieron intensas redes de intercambio, por las que circularon objetos de alto valor social, como el marfil, la copa argárica de La Encantada o la alabarda de la motilla de El Retamar.