“…Jacinta había solicitado a fines de 1953 que se les permitiera a sus hijas cursar estudios de enfermería, lo que nos habilita a reflexionar en torno de las aspiraciones laborales y sociales que las mujeres trabajadoras podían tener para sí y para sus hijos. A mediados del siglo pasado, el mercado laboral ofrecía distintas alternativas para las mujeres, tanto en el sector industrial como en los servicios (Lobato, 2007;Queirolo, 2018), pero algunas, como la enfermería, suponían no solo mejores condiciones de trabajo, sino que también estaban revestidas de cierta distinción y de la posibilidad de un ascenso social en una profesión asociada en términos simbólicos con lo femenino (Ramacciotti, 2019) 21 .…”