“…En los tres primeros lugares, y con temas cruzados en varias ocasiones, están los estudios bíblicos (centrados en el Ex, Ct, Pablo, Jn y los métodos en Ciner, 2018Ciner, , 2022Soler, 2018;Villa Betancourt, 2021;Capboscq, 2022;Jaramillo Vargas y Solano Pinzón, 2022;Richter, 2023), los estudios teológicos (escatología, eclesiología, cristología, teología trinitaria, soteriología y mariología en Bueno-Castellanos, 2018;Ciner, 2018;Morales, 2018;Aguirre Durán, 2021;Nicola, 2021;D´Andrea, 2022) y los estudios místico/espirituales (en Martin-De Blassi, 2018;Solano Pinzón, 2018;Soler, 2018;Villa Betancourt, 2021;Capboscq, 2022; Solano Pinzón, Reyes Gacitúa y Rincón Andrade, 2023) como temáticas preeminentes en la investigación que, claramente, es doctrinal, dogmático-hermenéutica, comprendiendo el término hacia adentro y no hacia afuera, como potencia de comprensión y diálogo con los contextos de los escritos de los Padres mencionados, permanente entrelazados con otros textos, contextos y temáticas. La descripción de su relación con el pensamiento griego (Velásquez, 2018;Pardo, 2019aPardo, , 2019bCalabrese, 2021), el bienestar social y la economía (Capboscq, 2019;Nebel, 2022), el diálogo con la psicología (Irizar, 2022;Ribeiro Lin, 2022;Vázquez y Gargiulo, 2022) y la fundamentación del magisterio de Francisco (D´Andrea, 2022;Nebel, 2022) también figuran como tópicos valiosos de diálogo con esta área positiva del conocimiento y la investigación teológica.…”