RESUMENEste artículo hace parte de una investigación doctoral sobre el mal y la maleficencia en el acto médico, tratando en este escrito las consideraciones relacionadas con la fragilidad humana, su relación con el ejercicio de la medicina y el alcance de la conducta moral del médico. Mediante el método hermenéutico para la interpretación de los documentos encontrados se desarrolla un abordaje analítico de la temática encontrando que desde la ética filosófica se encuentra una gran diversidad de pensamientos bioéticos aplicados a la salud, basados en el respeto de toda persona humana. Es necesario considerar como parte del análisis bioético (en la relación médico paciente, la naturaleza de las decisiones y el conocimiento médico), los conceptos teorizados desde la filosofía, teniendo en cuenta que en el ejercicio de la medicina las valoraciones éticas pueden relacionarse con los dilemas surgidos en el encuentro de los principios y valores de la profesión frente a la autonomía y los deseos de los pacientes.El desarrollo tecnológico y del conocimiento que componen la ciencia (episteme) y el arte (techne) de la medicina, junto a los cambios en la concepción de la relación médico paciente y en las dimensiones del acto médico (antropoló-gica, disciplinar y determinantes sociales) han propiciado la indiferencia del profesional frente al sufrimiento, el dolor, la fragilidad y la vulnerabilidad de las personas (pacientes). Es necesario que el medico reflexione sobre los conceptos de compasión, solidaridad y responsabilidad con el otro, para tratar de restaurar la salud y sanar al enfermo y cuando no lo logre, pueda ayudar y cuidar en cuanto a su dolor y vulnerabilidad. Esto podría fundamentar el ejercicio de la profesión entre otras consideraciones en el imperativo kantiano, en la medida que el profesional de la salud actúe de tal manera que la máxima de su acción pueda ser querida como una máxima universal.