“…Si observamos el Pueblo Gitano en otros aspectos sociales también nos encontramos con una situación muy desfavorable en relación con el resto de la población: mayores índices de desocupación, menos esperanza de vida y mayor mortalidad infantil, notables desigualdades en referencia al estado de salud, problemas en el acceso a la vivienda, segregación residencial, etcétera (Damonti & Arza, 2014 , 2011). Es decir, tal y como indican varios académicos gitanos, el Antigitanismo es un tipo específico de racismo que consiste en la hostilidad, el prejuicio, y las conductas racistas dirigidas hacia los gitanos o hacia aquello que se ve como gitano, aunque no lo sea, de manera individual o colectiva, tanto ejercido de manera privada como institucional (Amador, 2016;Jiménez-González, 2017;Macías-Aranda, 2017;Nicolae, 2006). De hecho, desde nuestra experiencia profesional y personal podemos decir que son muchas las personas no gitanas que piensan que la situación de exclusión social del Pueblo Gitano también es culpa del propio pueblo, es decir, existe una imagen social totalmente estereotipada y muy difícil de erradicar puesto que está totalmente normalizada en la mente de las personas no gitanas.…”