“…Otro elemento que pudiese convertirse, bien sea, en foco de tensiones o en escenario de posibilidades de articulación, radica en la capacidad de la institucionalidad (reglamentos e instancias superiores como decanatura de la facultad, Consejo de Facultad, Dirección de Investigación, Departamento de Metodología de la Investigación) para dejar espacio a iniciativas a desarrollar por parte de la Coordinación de Investigación y la asesoría metodológica, habida cuenta la inserción de experiencias exitosas, buenas prácticas en asesoría metodológica, y la caracterización de los actores fundamentales del proceso en la facultad per se. Este elemento debe ser destacado, más aún y cuando hay experiencias desarrolladas en la UnACh, especialmente en la FECS (con el apoyo de la Dirección de Investigación), como las detectadas por Tomás-Folch et al (2015), a nivel de buenas prácticas de gestión de la investigación en universidades posicionadas en buenos lugares en rankings internacionales. Hablamos de prácticas como: apoyo institucional a experiencias promotoras de investigación como los semilleros de investigación, capacitaciones sistemáticas a profesores y docentes en temas asociados a metodologías de abordaje en investigación, técnicas para procesamiento y análisis de datos, participación de estudiantes en proyectos de investigación, instancias de presentación de avances de tesis, entre otros.…”