El artículo analiza las respuestas de los sistemas educativos latinoamericanos frente a la pandemia, poniendo atención especial al caso paraguayo. La pandemia llega a la región, en el marco de un “giro a la derecha” de gran parte de los gobiernos. Estos proyectos se oponen a los avances logrados en el derecho a la educación durante los gobiernos progresistas.Al examinar las medidas asumidas durante la pandemia en distintos países de la región se identifican importantes tensiones: a) Los países cuyos gobiernos sostienen orientaciones mercantilistas tendieron a suspender las clases “bajo presión” de las comunidades priorizando el lucro sobre el resguardo de la vida en común; b) Las profundas desigualdades de género en países en que el patriarcado se evidenciaron aún más durante la pandemia, en que las fronteras entre escuela y hogar se diluyen, en especial en la docencia, donde la feminización del trabajo y desigualdades de género se potencian; c) En tercer lugar, las condiciones materiales en los hogares afectan la capacidad de respuesta y de trabajo a distancia. En el Paraguay, se puso al descubierto la debilidad del Ministerio de Educación (MEC) para generar y conducir una respuesta satisfactoria ante la crisis generada por el COVID-19.