La transición a la democracia en España exigió que una sociedad educada bajo un régimen autoritario incorporase nuevos estilos de vida. Especial relevancia cobraba esta misión para las mujeres, quienes arrastraban una onerosa herencia de discriminación, difícil de ser eliminada al estar arraigada en el terreno de las mentalidades y actitudes. El cine fue uno de los agentes que ayudaron en esta tarea. Nuestro objetivo es mostrar el compromiso educativo por la emancipación femenina de las tres únicas directoras de este periodo, Cecilia Bartolomé, Pilar Miró y Josefina Molina, mediante el análisis de algunas de sus películas más representativas: ¡Vámonos, Bárbara! (1978), Gary Cooper que estás en los cielos (1980) y Función de noche (1981). En sus filmes, exhibieron nuevos referentes femeninos, mujeres que quebrantaban los arquetipos de género tradicionales, y con las que las espectadoras podían sentirse identificadas, transmitiéndoles un mensaje de esperanza, de posibilidad de cambio, sin ocultar los obstáculos del logro de la ansiada libertad.