“…Asimismo, y en línea con planteos previos (Remorini, 2020), he presentado algunas implicancias de la organización de la vida diaria acorde a edades: la segregación en espacios y actividades diferentes, organizadas según jerarquías (mayor/menor, viejo/adulto/niño). Las consecuencias de esta segregación en el aprendizaje y la sociabilidad de niños y niñas, en las solidaridades intergeneracionales y en las relaciones de poder y violencia entre personas de diferentes edades han sido señaladas y discutidas por un amplio conjunto de investigadores que trabajan en comunidades donde prevalece la integración etaria/generacional por sobre la segregación (Gaskins, 2000;Rogoff, 2003;Rogoff et al, 2007Rogoff et al, , 2010Paradise y de Haan, 2009;Morgante y Remorini, 2018;Remorini, 2020;entre otros) Ambas cuestiones tienen en la base supuestos derivados de un modelo cultural, que referimos como WEIRD desde la formulación de Henreich y colaboradores (2010), asociado con creencias, prácticas y formas de institucionalización de las trayectorias infantiles que abonaron a la construcción del "niño/a teórico" o "a-histórico" sobre el que llamó la atención Vygotski (2000) primero y los enfoques ecológicos del desarrollo infantil luego (Bronfenbrenner, 1987;Elder y Rockwell, 1979;Harkness y Super, 1986;Rogoff, 2003;Remorini, 2015), la psicología life-span y el paradigma trasndisciplinario del trayecto de vida (Settersten, 2002;Lalive d'Epinay et al, 2011). El llamado a recuperar el "niño/a histórico" supuso revisar supuestos y valores, si bien, como planteamos al inicio de este artículo, lejos está de ser una práctica generalizada en determinados ámbitos profesionales y científicos.…”