Las imágenes de culto adquieren un gran protagonismo a finales de la Edad Media gracias a la legitimación de su carácter sagrado y milagroso. Un caso extremadamente interesante son las efigies marianas ,que no solo se ven favorecidas por estas circunstancias sino también por la experiencia devocional que suscita su modelo, la Virgen. El presente artículo pretende explorar la representación de estas imágenes en los manuscritos del Miroir Historial, la traducción del Speculum Historiale realizada en el siglo XIV por Jean de Vignay. En sus miniaturas vemos cómo estas van perdiendo su condición de objeto para pasar a ser figuras “casi vivientes”, situadas a un mismo nivel de realidad que el protagonista, una presentación ligada a los rasgos del personaje que representan y la búsqueda de una religiosidad más próxima. Así pues, la Virgen, mediadora cercana por excelencia, deja de ser representada a estarpresente en su imagen, la cual ya no es una simple escultura o pintura, sino más bien su sustituta eficiente y real.