“…Akarsu et al (2020) argumentan que las tecnologías de la información y comunicación han experimentado un crecimiento explosivo a partir de la década de 1980, debido al uso masivo de las computadoras y la rápida difusión del Internet; gracias a estos sucesos, las economías de las naciones alrededor del mundo han experimentado mejoras considerables, [142] por ejemplo: expansión de mercados, desarrollo de economías de escala y aumento de los niveles de productividad. Por otro lado, dicha revolución ha posibilitado para las organizaciones una transformación radical en aspectos tales como: los procesos productivos, gustos y preferencias del consumidor, fidelización del cliente, cadena de abastecimiento y mezcla promocional (Nkwenka et al, 2019;Koç, 2021); los cuales, si son adecuadamente asimilados por las empresas, hacen factible el desarrollo de estrategias comerciales innovadoras y se terminan constituyendo en una fuente de ventaja competitiva (Mozas-Moral et al, 2020;Nzongang et al, 2022). En el caso contrario de aquellas organizaciones que no se adhieran a esta revolución tecnológica, éstas terminarían desapareciendo debido al impacto en la rentabilidad y manejo de costos (Izza y El Berrhouti, 2022).…”