El suicidio es una problemática grave de salud pública en México y en el mundo. La Organización Mundial de la Salud señala que cada año mueren por este medio aproximadamente 800 mil personas. De origen multifactorial, los factores de riesgo del suicidio incluyen elementos biológicos, psicológicos, sociales y culturales y, sobre todo, los trastornos mentales y las crisis de vida. Precisamente en estos dos ámbitos es donde se inserta el impacto que la pandemia del Covid-19 ha tenido en la población general, en quienes han dado positivo a este virus y en el personal sanitario. Pese a que aún es pronto para reconocer con seguridad la huella profunda de la pandemia en diferentes ámbitos y, en particular, en la muerte autoprovocada, es indudable que la crisis sanitaria ha develado la imperiosa necesidad de reflexionar sobre la solidaridad, el principio de sociabilidad, subsidiariedad y la vulnerabilidad del ser humano.