ResumenEl presente artículo se centra en el estudio de las diversas formas de subjetividades contemporáneas, tanto individuales como colectivas en Tayikistán, las cuales sin embargo, han sido académicamente restringidas a ser denominadas como "relaciones clánicas". El artículo enfatiza que estas categorías son dinámicas, negociadas, y refutadas por la población local.
AbstractThis article focuses on the study of various forms of contemporary subjectivities, both individual and collective in Tajikistan, which however, have been academically restricted to be referred to as 'clan relations'. The article emphasizes that these categories are dynamic, negotiated, and contested by the local population.Palabras Clave: Tayikistán, clanes, identidades, subjetividad, elites políticas Keywords: Tayikistán, clans, identity, subjectivity, political elites cuando, en la ruta que conduce hacia el norte de Taykistan, mi amiga y yo presenciamos un corto y ordinario incidente q u e d e s p e r t a r í a m i i n t e r é s s o b r e l o s l l a m a d o s ' c l a n e s ' e n T a y i k i s t á n . M i e n t r a s esperábamos que nuestro conductor, Amir, trajera agua para enfriar el motor, un hombre con ropas raídas y sucias apareció junto a nuestro automóvil. El hombre venía bajando de la montaña tras cazar a una especie de tuza que colgaba de su hombro. Él y Amir nos explicaron que podíamos comprar el animal y cocinarlo para la cena, y así probar una nueva experiencia culinaria al tiempo que ayudábamos al pobre cazador y a su familia quienes necesitaban urgentemente algo de dinero. De pronto un auto Mercedes Benz nuevo se estacionó junto a nosotros; cuatro hombres vistiendo trajes sastres rayados y zapatos de punta se bajaron, jalaron violentamente el animal del h o m b r o d e l c a z a d o r , n o s m i r a r o n y d i j e r o n a l g o e n t a y i k o q u e n o a l c a n z a m o s a comprender, lo que provocó grandes risotadas entre ellos. Acto seguido, uno de los hombres empujo al cazador quitándolo del camino y grito algunas palabras a nuestro chofer. Todos ellos subieron de nuevo a su vehículo, desapareciendo tan pronto como habían llegado, llevándose consigo (y sin pagar) la tuza que nos había sido ofrecida primero. Todo esto no paso en más de un minuto, y mi amiga y yo preguntamos qué