Los recién nacidos con displasia broncopulmonar dependientes de ventilación mecánica a las 36 semanas, corresponden en general a prematuros menores de 27 semanas con morbilidad grave: enterocolitis, infecciones, retinopatía, retraso en el crecimiento y secuelas del neurodesarrollo. Si la extubación no es posible entre las 40 y 50 semanas, se indica una traqueostomía, normalmente acompañada de una gastrostomía. La decisión depende del apoyo ventilatorio, de la morbilidad asociada (neurológica, hipertensión pulmonar, lesiones de la vía aérea) y del grado de desnutrición. La traqueostomía optimiza el manejo ventilatorio, disminuye la necesidad de sedación, facilita la movilidad, la neurorrehabilitación y el alta al hogar en ventilación domiciliaria. La edad óptima de ejecución no está estandarizada, pero hay evidencia que muestra beneficios en el neurodesarrollo si se realiza antes de los 120 días de vida. La mayoría de los prematuros traqueostomizados son manejados en domicilio y a los 5 años ya se encuentran decanulados.